Sobre el Uso de Psicodélicos
Si bien los psicodélicos muestran potencial en el tratamiento de diferentes trastornos, es importante reconocer que su uso conlleva riesgos médicos. Estas sustancias pueden tener impactos duraderos en la personalidad y la cognición, y es posible que interactúen de manera compleja con condiciones médicas no diagnosticadas. Por lo tanto, es fundamental destacar que este curso no constituye asesoramiento médico ni reemplaza la opinión de profesionales de la salud.
Las técnicas y principios terapéuticos presentados aquí están respaldados por evidencia científica y se han diseñado para ser accesibles para el público en general. Es importante destacar que la aplicación de estas habilidades puede ser beneficiosa no solo en el contexto de la terapia con psicodélicos, sino también en la modificación de procesos cognitivos disfuncionales en otras circunstancias.
No dar consejos médicos durante la asistencia.
Si alguien necesita ayuda y está experimentando malestar físico, primero guíalos a través de maneras de aliviar esos síntomas. A menudo, las personas pueden haber olvidado comer o beber, o pueden haber estado mirando una pantalla durante mucho tiempo. Una vez que se agoten esas opciones, puedes preguntarles cómo suelen manejar ese malestar o si tienen algo que usualmente les ayude con ese síntoma. Si es así, puedes informarles sobre la seguridad de tomar ese medicamento. Al expresarlo de esta manera, les permite mantener el control de su situación, lo cual es muy útil si alguien se siente “fuera de control” por cualquier motivo.
Por ejemplo, si alguien está experimentando un viaje con LSD y tiene dolor de cabeza, podrías preguntar si han estado manteniendo la hidratación o si ha pasado mucho tiempo desde que comieron por última vez. Si han hecho esas cosas, puedes preguntar qué suele ayudarles cuando tienen dolor de cabeza. Si indican que tienen algún antiinflamatorio no esteroideo (AINE), puedes informarles que sería seguro tomarlo con LSD si así lo desean.
No instruyas a las personas a ingerir nada, ya sea medicamentos de venta libre o no. La excepción a esta regla es el naloxone: no dañará a alguien si no están sufriendo una sobredosis de opiáceos, pero podría salvarles la vida si es el caso.
Ten en cuenta que esto también se aplica al uso de benzodiazepinas para aliviar la ansiedad durante un viaje. Si alguien te pregunta si pueden tomarlo, sé honesto sobre lo que podrían esperar, pero no los dirijas a ingerir nada.
No conoces su historial médico, alergias o la pureza del medicamento que podrían ingerir, mas alla de si has hecho preguntas sobre su historial, es posible que el mismo usuario no sepa si tienen algun problema medico subyacente y no quieres ser responsable de cualquier efecto adverso que pueda tener. El mejor consejo médico que puedes ofrecer es animar a la persona a hablar con un médico. Es importante señalar que las benzodiazepinas no son “anuladores de viajes”. Pueden disminuir los efectos de varias sustancias, pero no devolverán todo a la normalidad de inmediato, y puede ser peligroso insinuar que son la solución para una mala experiencia psicodélica.
En caso de una emergencia en la que creas que la persona tiene medicamentos que podrían ayudar: instrúyelos a llamar a los servicios médicos de emergencia para iniciar la respuesta de emergencia y hacerles preguntar al primer respondedor si deberían tomar medicamentos. De todos modos, necesitarán saber esta información.